En cierto territorio del norte de España, separado de la Meseta por una formidable línea de altas montañas, surgió una lengua peculiar, una especie de latín corrompido que se conservó como un rasgo más del pueblo astur durante siglos, gracias al aislamiento impuesto por la accidentada orografía. Esa lengua es lo que hoy conocemos como bable o asturiano.
Dejando al margen la polémica sobre si el bable, asturiano o astur - leonés es una lengua o un dialecto, se puede considerar como un paso intermedio entre el Latín y el castellano más evolucionado. Es una lengua humilde (en el buen sentido), circunscrita a una sociedad agraria y ganadera, aislada, tradicional, hoy prácticamente desaparecida.
El bable presenta numerosas variantes; partiendo de la distinción entre el bable oriental, el central y el occidental; a su vez podríamos hacer subdivisiones, descubriendo que prácticamente cada concejo, y casi nos atrevemos a decir que cada valle o parroquia, tienen su propia forma de hablar.
Vamos a mencionar aquí algunos rasgos del bable hablado en Quirós, y más concretamente en la zona que nos interesa que es la de Cienfuegos (o Cinfuegos, según dicen los vecinos de la zona, y no Cienfúeus, como se empeñan los Académicos):
- En cuanto al uso de las vocales, aparecen los grupos /ué/ e /ié/ como en nueche (noche), fuecha (hoja), cheiche (leche), purtiecha (portilla).
Otro rasgo los diptongos en /éi/ como en veiga (vega), Gamoniteiru, Runeiru (estos dos son nombres de montes), queisu (queso).
Tendencia a eliminar los hiatos sustituyéndolos por diptongos (rial/real, acordión/acordeón) o eliminando una vocal (vía/veía).
Se suele intercalar una /i/ en determinadas palabras: curiar (cuidar), curtiu (corto).
Tendencia a cerrar las vocales no acentuadas: dicir (decir), sintir (sentir), disgracia (desgracia). A veces es a la inversa (apertura): vesita (visita),moneca (muñeca).
Pérdida de la /-o/ final en ciertas palabras: molín (molino), vecín (vecino). La misma suerte corre la /-e/ en ciertos verbos: quier (quiere). A veces se añade una /-e/ innecesaria como en rede (red), azúcare (azúcar), sede (sed). - Peculiaridades de las consonantes: como en gran parte de la región se utiliza la /x/ típica del bable que se pronuncia de forma parecida a la /ch/ del francés (una especie de /s/ aspirada), así en xente,xelar, xabalín, monxa.
El rasgo más relevante sin duda alguna es la llamada "che vaqueira", una /ch/ pronunciada elevando la punta de la lengua a los alveolos o al paladar. Equivale a la /l-/ inicial o la /-ll-/ del Latín, así chuna,vache, chamar, chover, chobu, chugar, cuya pronunciación podríamos representar como tsuna, vatse, tsamar, tsover, tsobu o tsugar, con una /ts/ muy fuerte y pronunciada. Como curiosidad apuntamos que los hablantes de esta "che vaqueira" la distinguen perfectamente de la /ch/ normal y pronuncian ambas perfectamente.
Se pierde la /d/ entre vocales: maera (madera), ganao (ganado), deu (dedo).
Por contra, conserva la /f-/ inicial latina: fame (hambre), facer (hacer).
Empleo de la /n/ en vez de /ñ/: cabana (cabaña), sueno (sueño), pena (peña).
Las palabras tomadas del castellano se adaptan eliminando consonantes (Inaciu/Ignacio, dotor /doctor) o vocalizándolas (Maísimo/Máximo).
La /r/ final de ciertas palabras se cambia por /-l/ (vasal/vasar) y en los verbos se pierde (marchase/marcharse, velo/verlo, dicilo/decirlo). - Otros rasgos destacados:
Uso de /-o/ final: mozo, neno, perro (y no mozu, nenu, perru).
El femenino de algunas palabras suele ser la forma primitiva de la que evoluciona un masculino: ventana>ventanu, gadaña>gadañu, purtiecha>purtiechu, penasca>penascu o penescu.
Las palabras que acaban en /-in/ forman el plural normal en /-os/: molin/molinos. Ciertos femeninos (casa, cosa) pluralizan igual que en castellano (casas, cosas, y no cases o coses).
Eliminación de la vocal del artículo: l´amu (el amo), l´amistá (la amistad).
Uso de contracciones: pol (por el), pal (para el), nel (en el), pelos (por los).
Omisión del articulo: ta´n prau (está en el prado), ta´n techáu (está en el tejado).
Concordancia de sustantivos con adjetivos en /-o/: cheiche frío (leche fría).
Uso de posesivos: la mio casa (mi casa), nueso (nuestro), vueso (vuestro).
En vez del adverbio "dónde" se usan arcaísmos como: ¿ú? (¿dónde?), ¿ú tá? (¿dónde está?).
Diminutivos cariñosos en /-in/ o /-ina/: Manolín, Carmina, guajín, güertina.
La terminación en /-aco/ y /-aca/ es despectiva: mucheraco/mucheraca (mujeruca), praaco (prado de poco valor).
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